… Se quitan los zapatos de los domingos y se ponen los piés a descubierto: nosotros tenemos cuidado de que… aunque sea por casualidad, las brasas que son auténticas ascuas no salten del incensario y que a veces chisporrotean. Vemos al cura párroco inclinado que con los pies dentro de la palangana le echa agua con la jofaina al, primero. Parece que está fría…el hombre se encoge. Después se los seca con una inmaculada toalla que desprende olor a naftalina y se los seca, y después el cura…¡ se los besa! ... (ver texto completo)