Jabato, tienes razón en lo hermoso que es ver a un hijo cuidando a su madre, y en la
foto es una anécdota muy bonita. A mí me han emocionado todas, viendo que se saca lo mejor de las
casas para "EL SEÑOR". En los años 50 era exactamente igual, él mismo
colorido. ¡Le habéis dado una alegría a esta membrillera que las circunstancias de la vida llevó hasta
Galicia! Una vez más, GRACIAS. Uno de estos días colaboraré con mis escasa
fotos de aquellos años. Saludos.