De haber conocido García Lorca, al Sr. Serafín, sus poemas sobre la Guardia Civil, seguramente hubiesen tenido otro cariz. Yo, por orden de mi padre, lo llamaba siempre Sr. Serafín y, me consta, nunca mejor dicho, lo de Señor. Si tuviésemos que hacer una síntesis de los muchos valores de que fue adornado, creo que nos quedaríamos con el de Bondadoso. La bondad, la sencillez. Seguramente, muchos de nosotros, podríamos contar ingente cantidad de anécdotas. Yo, recuerdo una en las famosas batidas a los zorros/as, en Parral. Me puse en el puesto, entre él y Nemesio. Me reí un montón, porque a Nemesio no se le ocurrió otra cosa que dormirse mientras una pieza pululaba por sus alrededores. El Sr. Serafín, que llevaba un sombrero negro- no se me olvidará- se sentía impotente haciéndose señas. Después tuvieron la clásica discusión bizantina, suave, sin ningún tipo de acritud, y que no entro en detalles, pero que yo me despatarré por el suelo. Un abrazo a mi amor imperecedero, PEPI, (otro personaje a tener en cuenta), y que lo haga extensivo a Maria del Carmen. Pepi, como siempre, me llamará “pachocho” y esas cosas. PC
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