Es que siempre e est
pueblo hubo mozos valientes. Recuerde se de aquella apuestas que había: de poner una gorra en medio del
cementerio de
noche. También es verdad, que eran tiempos que
pozo o caso nada se sabia de los fuegos fatuos y el osario estaba pegado a la pared cerca de la
puerta de entrada. SALUDOS.