Antes de que la
foto se vaya p'atrás y pierda actualidad, quiero contaros algo sobre MARTÍN y su especial y peculiar personalidad (hablo de cuando teníamos 8-10-12 años). Para que os riáis un poco -no de él por supuesto- que es el mejor
homenaje que se le puede hacer a un
amigo que ya nos dejó, que llevaba la risa dibujada en su cara de contínuo. Durante una temporada, fué compañero mío como campanero y en ayudar a misa de diario la semana que nos tocaba. Creo que era una sí, y otra no. La puntualidad
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