La verdad es que no lo recordaba. Tú siempre tuviste una carita redondita y apropiá para ese papel. Angelino supongo que también estaría apropiao y divertido, seguro que también llevaba las gafas atadas con el atillo de goma.
No me hables de las gafas del
amigo Angelino, que me meo de risa, ¡es que tenían mucho aumento!. Cuando apareció por primera vez con ellas puestas parecía un bicho raro; el amigo Marcial, no paraba de reirse también, ¿que le parecería, al joío? Corriendo detrás de él, justo detrás de la
escuela de D. Pedro, es que se me había relajao el brazo, como se decía antaño.