Pero el primer rayo de sol lo vi en esa tierra; el primer paso, el olor de la primera
flor, el canto de los pajaritos, la hierba seca, las primeras letras, la primera experiencia religiosa, la
amistad, el primer amor infantil, el primero y desgarrador dolor al marchar hacia eL Norte...
Casi me sale ún poema para una bonita canción.
Dios compensa: ¡REGRESO Y FINAL
FELIZ!
No sé donde terminarán mis días, pero jamás me olvidaré de donde comenzaron.
¡Feliz sábado, mi querida HENTE!