Aquí están los dos del medio. Faltan la grande y la chica, menudo “jotrín” se traía la grande con la chica.
Me cuenta la chica, que de niña acostumbraba a tragarse los dos reales porque se los metía en la boca para soplar y hacer pitidos con el agujerito, y su hermana mayor, Candela, la acompañaba a la pared de la calleja de la
calle de la
Cruz, una y otra vez, hasta que lo soltaba.
Los vecinos y vecinas de la calle decían:
¡Ahí va la Candela con la Hili, que se ha vuelto a tragá los dos reales
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