MM, suena un tanto raro, pero disfrut´ñe mucho sentada en ese granito. Ahñi mismo, en la esquinita. El suelo de
rollos y una lancha delante, a modo de alfombra, quedaba más bajo y era más cómodo sentarse. También una creció... Estoy recordando ahora mismo lo calentito que estaba a veces, demasiado... Además, como ninguna llevaba pantalones, la
piedra nos quemaba bien las piernas.