Buenos días, empiezo la semana, tendré que coger paraguas, hay que ver como llueve, menos mal que así se quita un poquito el frío.
Mármol en quien Doña Inés
en cuerpo sin alma existe;
deja que el alma de un triste
llore un momento a tus pies.
De azares mil a través,
conservé tu imagen pura;
y pues la mala ventura
te asesinó, de Don Juan,
contempla con cuánto afán
vendrá hoy a tu sepultura.
En ti nada más pensó
desde que se fue de ti;
y desde que huyó de aquí,
sólo en volver meditó.
Don Juan tan sólo esperó
de Doña Inés su ventura,
y hoy que en pos de su hermosura
vuelve el infeliz Don Juan,
mira cuál será su afán
al dar con tu sepultura.
Inocente Doña Inés,
cuya hermosa juventud
encerró en el ataúd
quien llorando está a sus pies;
si de esa piedra a través
puedes mirar la amargura
del alma que tu hermosura
adoró con tanto afán,
prepara un lado a Don Juan
en tu misma sepultura.
Dios te crió por mi bien;
por ti pensé en la virtud,
adoré su excelsitud
y anhelé su santo Edén.
Sí; aun hoy mismo en ti también
mi esperanza se asegura
y oigo una voz que murmura
en derredor de Don Juan
palabras que con su afán
se calma en tu sepultura.
¡Oh, Doña Inés de mi vida!
si esa voz con quien deliro
es el postrimer suspiro
de tu eterna despedida;
si es que de ti desprendida
llega esa voz a la altura,
y hoy un Dios trae de esa anchura
por donde los astros van,
dile que mire a Don Juan
llorando en tu sepultura.
Se apoya en el sepulcro,
ocultando el rostro, y mientras
se conserva en esta postura,
un vapor que se levanta del sepulcro
oculta a la estatua de Doña Inés.
Cuando el vapor se desvanece,
la estatua a desaparecido,
Don Juan sale de su enajenamiento.
Este mármol sepulcral
adormece mi vigor,
y sentir creo en redor
un ser sobrenatural.
Mas… ¡cielos! ¡el pedestal
no mantiene su escultura!
¿Qué es esto?
¿Aquella figura
fue creación de mi afán?
ESCENA IV
Don Juan y la Sombra de Doña Inés
El llorón y las flores de la izquierda
del sepulcro de Doña Inés
se cambian en una apariencia,
dejando ver dentro de ella,
y en medio de resplandores,
la sombra de Doña Inés.
SOMBRA.- No; mi espíritu, Don Juan,
te aguardó en mi sepultura.
DON JUAN.- (de rodillas) ¡Doña Inés, sombra querida,
alma de mi corazón,
no me quites la razón
si me has de dejar la vida!
si eres imagen fingida,
sólo hija de mi locura,
no aumentes mi desventura
burlando mi loco afán.
SOMBRA.- Yo soy Doña Inés, Don Juan,
que te oyó en su sepultura.
DON JUAN.- ¿Conque vives?
SOMBRA.- Para ti;
mas tengo mi purgatorio
en ese mármol mortuorio
que labraron para mí.
Yo a Dios mi alma ofrecí
en precio de tu alma impura,
y Dios, al ver la ternura
con que te amaba mi afán,
me dijo: “ Espera a Don Juan
en tu misma sepultura.
Y pues quieres ser tan fiel
a un amor de Satanás,
con Don Juan te salvarás,
o te perderás con él.
Por él vela; mas si cruel
te desprecia tu ternura,
y en su torpeza y locura
sigue con bárbaro afán,
llévese tu alma Don Juan
de tu misma sepultura”.
PD. VISPERAS aunque sólo sea para PC y para ti, termino de transcribirlo como sea. Besos
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