No es fácil encontrar gente (en el
pueblo se entiende) que le guste recorrer estos
caminos y
valles... y de la manera que nosotros lo hacemos, doblando algunas veces en demasia el ya poco flexible "JOPO", cuando hay que pasar por debajo de las espinosas alambradas por ejemplo, y que nuestras rodillas amortigüen nuestros inestables saltos, ¡lo que hay que hacer...! Si nos mandaran, seguro que no lo hariamos. Por todo ello, habrá que esperar que "tasio", se coja sus perpetuas vacaciones!, y nos acompañemos...
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