Na te pio, na te debo… Tú, como siempre, en primera fila. No me extraña que un día de estos aparezca, Carlos, en un tablao cantando flamenco. Además, como tienes la mala
costumbre de rodearte de mala gente, e, incluso con escolta, pues cualquiera te dice nada. Así que, mejor me callo, que después t´o se sabe y tampoco es cuestión. El caso es que te iba a preguntar si lo habías pasado bien. Pero ¡Seré tonto! Habría que preguntar quién se lo pasa mal a tu lado; más que otra cosa para que se lo hiciese
... (ver texto completo)