La leyenda del buen ladrón
Diego Corrientes
Una vez venía de una dehesa una pastora de Cabezabellosa, un pueblo que está aquí por cima, y traía el dinero que habían ganao de una temporá con los quesos y los cabritos. La madre se lo había escondío entre la bastilla del vestido pa que no se lo encontrasen. Pero le salió al paso un bandolero. Ella, toa asustaíta, le confesó dónde tenía guardao el dinero. Y le dijo al bandido lamentándose:
—No, si ya me encargó mi madre que me andase con cuidiao ... (ver texto completo)
Diego Corrientes
Una vez venía de una dehesa una pastora de Cabezabellosa, un pueblo que está aquí por cima, y traía el dinero que habían ganao de una temporá con los quesos y los cabritos. La madre se lo había escondío entre la bastilla del vestido pa que no se lo encontrasen. Pero le salió al paso un bandolero. Ella, toa asustaíta, le confesó dónde tenía guardao el dinero. Y le dijo al bandido lamentándose:
—No, si ya me encargó mi madre que me andase con cuidiao ... (ver texto completo)