CAMBIO DE HORA.
Hay que cambiar el reloj
y retrasar una hora,
a las tres serán las dos,
¡qué pronto amanece ahora!
Hay que cambiar el reloj,
la aguja da un paso atrás,
para que tú te aproveches
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Reflexión de alguien que no soporta ser vago
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En esta vida tan ajetreada que llevo sólo tengo tiempo para caer rendido, pero finalmente termino haciendo lo que buenamente puedo.
Cuando estoy rendido, poco hago; y cuando no lo estoy, descontando las horas del sueño, tampoco hago mucho, porque me suele faltar tiempo para hacerlo, así que ni siquiera lo empiezo. La impresión que causo, y no entro a discutir si es verdad o mentira, es que tengo muchas cosas que hacer; que a menudo no termino lo que empecé; y que a veces no hago lo que tendría que hacer; y ¿saben ustedes por qué?, ¡por falta de tiempo! ¡Y no hay derecho que me llamen vago por eso! ¡No lo consiento!
Me complace reconocer que me falta tiempo para hacer las cosas; pero lo que más me reconforta es reafirmarme en que tengo toda la vida por delante para hacerlas y que algún día las haré; aunque sé a ciencia cierta que sólo haré lo que me dé tiempo a hacer, y que siempre habrá cosas que se queden por hacer o que se queden a medias. Ante esta tesitura, y a sabiendas de que el tedio no va conmigo, puesto que no forma parte de mi esencia; desde un principio me propuse hacer lo que pudiera, con la condición de que sólo haría aquello que estuviese, al menos, aderezado con una pizquita de apetencia; así que el resultado estará en función de la desgana que uno tenga.
¡Mira que llamarme vago por eso, cuando sólo es una falta de apetencia!
PD. Virgo, ¡qué haces atrasando el reloj? ¡Ahora que he empezado a coger el ritmo, me cambias la hora!, pues no pienses que esa hora que me añades la voy a quitar del sueño.
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