Dejo mi bien ganada, aunque pequeña, / riqueza de tristezas / a quien sepa gastarlas, compartirlas, / como yo acostumbraba, / con las tardes, las
lluvias, / las acequias, los
ríos / y otros
amigos de apacible vida. // Dejo mi todavía / abundante riqueza de alegrías / a quien sepa gastarlas, / pero sin grandes pretensiones; / sencilla y llanamente / que es como a mí me dieron resultado. // Y las serenas singladuras / que aún me quedan pendientes / las dejo al sueño de un poeta. // Ojalá que, en su
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