Los muchachos rodean el caldero; mientras una abuela atiza la lumbre y la otra advierte: Muchachos, tened cuidado que os podéis quemar. Pero siempre había algún desobediente, que se quería hacer valiente, a lo que ahora le llamamos más cariñosamente: “chulito” o “enteraillo”. Venía tu madre con vestidos claros y camisas blanca y algunas amarillenta, que se ponían desde la anterior Feria para sacarte la foto delante del tapiz que simulaba ua fuente… y tú montado en la “vespa”… o los abuelos con los ... (ver texto completo)
El jabón era otra cosa… incluso “método de supervivencia” del que con el “confinamiento” tanto se habla. No olvidemos, por favor que se comía todos los dis: garbanzos, cocido o puchero… en cada casa tenía su nombre. Eso sí… la liturgia era sopa, garbanzo y carne. Hasta que no fuimos a la comarca leonesa de La Magarateria, en Castrillo de Polvozares; jamás habíamos comido el plato de sopa en el último lugar. Eso sí la filosofía era buena.. Si sobra algo que sobre las sopas; puesto a lo que nosotros ... (ver texto completo)