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MEMBRIO (Cáceres)

El Nazareno se dispone a salir
Foto enviada por AMIGOS DEL PATRIMONIO

"Tommy, he pensado mucho en ti... oí que estás enfermo", le dije en un tono desenfadado. “Sí, muy enfermo", me respondió, "tengo cáncer en ambos pulmones. Es cuestión de semanas." “ ¿Me puedes hablar sobre eso?", le pregunté. "Por supuesto, ¿que quiere saber?", me contestó. " ¿Qué se siente al tener solo 24 años y estar muriendo?", le dije.
Antes de que yo pudiera buscarlo, él vino a verme.
Cuando entró en mi despacho tenía un aspecto demacrado y su larga melena había desaparecido debido a la quimioterapia. Pero sus ojos brillaban y su voz tenía la misma firmeza que antes.
Él se encogió de hombros y salió de mi clase y de mi vida.
Me quedé algo frustrado por el hecho de que no había captado mi ingeniosa observación: " ¡Él te encontrará a ti!“. Por lo menos yo pensaba que había sido ingeniosa.
Un tiempo después me enteré que Tommy se había graduado y me alegré sinceramente.
Más adelante me llegó una triste noticia: supe que Tommy padecía un cáncer terminal.
Cuando al terminar el curso vino a entregar su examen final, me preguntó en un tono algo cínico, " ¿Cree usted que alguna vez encontraré a Dios?" Inmediatamente decidí usar un poquito de la técnica de la terapia de shock. " ¡No!", le dije muy enfáticamente. " ¿Por qué no?", me respondió, "yo creía que ése era el producto que usted estaba vendiendo." Dejé que estuviese a unos cinco pasos de la puerta del salón y alcé mi voz para decirle: " ¡Tommy! Creo que tú nunca encontrarás a Dios... pero estoy ... (ver texto completo)
Objetaba constantemente, sonriendo sarcásticamente, o quejándose por medio de un suspiro o gemido sobre la posibilidad de un Dios Padre que nos ama incondicionalmente. Así y todo, vivimos en una paz relativa durante el semestre, aunque tengo que admitir que a veces sí llegaba a molestarme.
Sé que no es lo que está sobre la cabeza lo que cuenta, sino lo que está dentro, pero como ese día no estaba muy mentalizado, mis emociones se alteraron y de inmediato etiqueté a Tommy bajo la "E" de extraño... muy extraño. Tommy resultó ser el "ateo de la clase" en mi curso de Teología de la Fe.
Recuerdo que hace unos doce años, yo estaba de pie observando a mis alumnos de la universidad mientras entraban al aula para nuestra primera clase de Teología de la Fe.
Ese fue el primer día que vi a Tommy. Mis ojos y mi mente se fijaron en él. Estaba peinando su larga melena rubia, que caía 20 centímetros por debajo de sus hombros. Era la primera vez que veía a un joven con una melena tan larga. Me imagino que era lo que estaba de moda en ese tiempo.
Buscando a Dios

John Powell, un profesor de Loyola University en Chicago, escribe sobre Tommy, un estudiante de su clase de La Teología de la Fe.