También lo habría reconocido. Está igual, aunque lucido, no sólo el
pozo, sino la pared de la derecha, que era de
piedras. Entre sus ranuras me dedicaba yo a la hora de la
siesta a "liberar" a las indefensas moscas que habían caído "prisioneras" en las telas de los MORGAÑOS y chillaban despavoridas en el silencio de aquella hora de la tarde.
En algo tenía que notarse la influencia de aquellas lecturas de los comics del Capitán Trueno, Jabato, Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín que
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