MEMBRIO (Cáceres)

Un reloj de sol... y la aguja una escultura
Foto enviada por AMIGOS DEL PATRIMONIO

BERNAL, buenas noches. No te había visto. Bonito poema. Quién escribe la extremeña o el salmantino? Besos para ambos.
Hola Encina, el escribano es el salmantino y la inspiración la extemeña ¿como iba aser de otro modo? Besos para vosotros tambien.
Para alegrar a esa tierra...
extremeña sin rival
y decirle: no me llores
porque tú no tengas mar,
que teniendo estos dos ríos
no se puede pedir más".

Felisa Paz
BERNAL, buenas noches. No te había visto. Bonito poema. Quién escribe la extremeña o el salmantino? Besos para ambos.
Para alegrar a esa tierra...
extremeña sin rival
y decirle: no me llores
porque tú no tengas mar,
que teniendo estos dos ríos
no se puede pedir más".

Felisa Paz
La luna sigue mirando
(enamorada quizás)
y el picarón le hace guiños
invitándola a bajar:
para que se bañe en él,
para poderla abrazar,
para regalarle un lazo
de su cinta azul de mar.
Él, transcurre risueño
rizos de plata y cristal,
va enredando entre las rocas
que le intentan sujetar.
La luna al salir de noche
se asoma a verle pasar
y a mirarse coquetona
en su espejo sin igual.
La tierra reseca bebe
sedienta de su caudal
y se vuelve más fecunda,
más tierna con su humedad.
Los juncos y cañizares
se complacen en mirar
el discurrir de sus aguas
camino de Portugal.
Por la provincia pacense
el Guadiana tendido,
se pasea perezoso
con su caudal peregrino.
Sus gentes al verlo pasar
sienten un escalofrío
al contemplar su belleza,
su fuerza, su poderío.
Es el Tajo un soldado
fuerte, valiente, aguerrido,
que a tus tierras cacereñas
cruza como un torbellino,
allá en su orilla derecha
la tierra toma sus bríos
criando preciosas viñas,
grandes frutales y olivos.
El uno baja cantando
murmullos para soñar,
el otro ruge furioso
por las peñas, al saltar.
Sus aguas riegan tus campos
avanzando en libertad,
el Guadiana manso y dulce
el Tajo, bravo y torrencial.
No sufras Extremadura
porque tu no tienes mar
el Tajo y el Guadiana
te regalan su caudal.
Extremadura está triste,
me lo contó con pesar,
que se siente marginada
no sabe por qué será,
yo pienso, dijo llorosa,
que es porque no tengo mar.