Y por la mañana, el cuervo desde su nío vido un ese,
y dice:
– ¡Ya, qué buen banquete me voy a dar esta mañana!
Pero el cuervo, como muy tuno, no se fiaba, porque la zorra
tenía un ojo abierto. El cuervo iba acercándose, echaba un paseíto
para un lado, otro paseíto para otro, hasta que se aseguró de que
estaba muerta. Y cuando ya se acerca y la da un picotazo en el ojo,
va la zorrita y le agarró, le cogió del pescuezo, y empezó a darle,
venga darle, venga darle (acción de zarandear, que imitan sus
nietos), le dio un meneo, hasta que le quedó sin una pluma. Y ya
que le quedó sin una pluma, fue y le tiró, dice:
–Anda, que te haga el sastre otro vestido, que este ya le tienes
viejo. ... (ver texto completo)
y dice:
– ¡Ya, qué buen banquete me voy a dar esta mañana!
Pero el cuervo, como muy tuno, no se fiaba, porque la zorra
tenía un ojo abierto. El cuervo iba acercándose, echaba un paseíto
para un lado, otro paseíto para otro, hasta que se aseguró de que
estaba muerta. Y cuando ya se acerca y la da un picotazo en el ojo,
va la zorrita y le agarró, le cogió del pescuezo, y empezó a darle,
venga darle, venga darle (acción de zarandear, que imitan sus
nietos), le dio un meneo, hasta que le quedó sin una pluma. Y ya
que le quedó sin una pluma, fue y le tiró, dice:
–Anda, que te haga el sastre otro vestido, que este ya le tienes
viejo. ... (ver texto completo)