Una servidora la recuerda, durante los 9 años que vivi en el
pueblo, residiendo en un bajo en la C/
Valencia. Poco o nada entendíamos de el por qué de su estado. Imagino que, a su manera, era
feliz. Desde luego, la recuerdo siempre tranquila; alguna vez, al pasar por El Coso, mi padre, que era muy extrovertido, (cosa rara en un gallego), charlaba un rato con ella. Era su aspecto lo que nos impresionaba. (D. E. P)