Esta lagartija también me la encontré en una
calle unos días antes de venirme y al intentar echarla patrás en dirección a las afuera se volvía para mí con la cabeza levantá y la cola haciendo eses parriba, ¡la joía, que mala leche tenía! una vecina que me vió, también le extrañaba que se nos volvía como amenazándonos, con lo chiquinína que era, al final logre echarla de allí con una bolsa pero varias veces se nos volvió así.