EL PADRE ANCHIETA-. LA CEREMONIA.
El centro de Roma hacía la digestión del almuerzo ayer a pleno sol y con un monumental atasco de tráfico. Los carabinieri habían blindado los alrededores de San Ignacio y toda la fachada del edificio estaba vallada. Nadie pudo entrar sin invitación, ni siquiera Rosangela Dos Santos, que le imploró a un custodio explicándole que había viajado de Brasil solo para esta misa. Dentro, la tensión de los miembros de los jesuitas brasileños, que estaban a cargo de la organización, ... (ver texto completo)
El centro de Roma hacía la digestión del almuerzo ayer a pleno sol y con un monumental atasco de tráfico. Los carabinieri habían blindado los alrededores de San Ignacio y toda la fachada del edificio estaba vallada. Nadie pudo entrar sin invitación, ni siquiera Rosangela Dos Santos, que le imploró a un custodio explicándole que había viajado de Brasil solo para esta misa. Dentro, la tensión de los miembros de los jesuitas brasileños, que estaban a cargo de la organización, ... (ver texto completo)