Las abandonadas
¡Cómo me dan pena las abandonadas,
que amaron creyendo ser también amadas,
y van por la vida llorando un cariño,
recordando un hombre y arrastrando un niño!.
¡Cómo hay quien derribe del
árbol la hoja
y al verla en el suelo ya no la recoja,
y hay quien a pedradas tire el
fruto verde
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