Este
verano una persona al despedirnos, sonriendo me dijo que me iba a extrañar pero que no por mi risa porque “no es buena
música para los oídos”, si no por mis
recetas. No lo tomé a mal, he escuchado mi risa y sé a qué puede sonar fatal. Es demasiado ronca y escandalosa, pero la verdad no me molestó, porque a mi mi risa me gusta y estar riendo todo el día más.
Hoy recordando cosas me he reído, empecé con una calurosa y desenfrenada carcajada y seguí con una risa muda interminable. De esas veces
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