1. AGUA
Cuando el cerebro no está bien hidratado piensa más despacio. Por eso hay que ingerir a lo largo del día agua, infusiones o frutas jugosas que faciliten que el cerebro esté irrigado permanentemente.
2. ARROZ INTEGRAL
Los alimentos integrales estimulan el cerebro por su alto porcentaje de ácido fólico y vitamina B6, y porque al aportar hidratos de carbono complejos ayudan a mantener los niveles de glucosa estables.