Cada vez y según va pasando el tiempo o nosotros por el tiempo, se nos está olvidando que nosotros fuimos un pueblo muy laborioso y ahora que se acerca el fin de semana vamos hablar de los “sonidos de la mañana”. Era las cinco de la madrugada cuando se empezaba a oír los primeros sonidos. Se abría la cuadra para sacar el burro para ponerle el aparejo y llegar a tiempo a la finca o dehesa en la que se trabajaba y sino aparejo… arados invertidos para... Pasa lo mismo con el corcho... habrá que ir pesando en manufacturarlo. No nos quedemos sólo en los cuencos, cucharas, tapas y batideros. Tenemos y debemos progresar. SALUDOS