La tendencia de volver a nuestras raíces, a la naturaleza, a las prácticas de nuestros antepasados son cada vez más fuertes a nivel local y mundial por motivos simples: la globalización, el consumismo, la destrucción de nuestro propio hábitat. El ser humano ha contaminado en estos últimos 40 años, más de lo que contaminó en toda la historia de su existencia.