Al ver la sencillez de su cocina quedemos fascinados, tenía una cocina para carbón y leña y aparte tenía otra de butano con su horno, toda ella de porcelana, con su tapa blanca y algún adhesivo que pegaría hace muchos años, de las que ya se ven poco. Su mármol grande y alargado se veía gastado de los años, pero no tenía armarios. Las estanterías estaban cubiertas con cortinas de cuadros azules y blancos, los útiles más importantes colgados en la pared, otros ya casi de museo muy limpios en las estanterías...