muchas voces aclaman.
La dehesa se muere. La seca, un gigantesco "incendio silencioso"
No es un tema de conversación habitual, ni un problema que parezca ponernos a todos de acuerdo. No genera opiniones ni enfrentamientos crispados o manifestaciones exigiendo medidas contundentes. Tampoco es algo que genere muestras de solidaridad generalizada o que nos conmueva profundamente por dentro por la dramática pérdida de algo tan esencialmente nuestro, nada menos "que la materia prima de nuestra cultura".