El, o mi R-6 con su gran comportamiento por cualquier terreno, nunca y cuando digo nunca es NUNCA nos dejo tirado por el
camino, que duda cabe que fue el propulsor de infiltrarnos en gran parte de nuestra pasión por la
naturaleza y su conservación sostenible, pero unos tan lejos y "el" encerrado en un garaje prisionero de mi destino nos vimos obligado aparcarlo para su descanso y un dolor en nuestro corazón para siempre. Nos hacemos la pregunta a la que no le encontramos respuesta ¿Cómo se puede querer concretamente tanto a un
coche con los millones que hay en el mundo?, te comentan que los perros nos hablan a su manera y jamás nos dejan olvidados en lo que estamos totalmente de acuerdo, ustedes no estarán de acuerdo con nosotros cuando les digo que con mi R-6 me entendía, solo era ponerle la mano encima y arrancaba con una alegría rompedora, no me besaba pero se dejaba querer y acariciar, ya estará alguno pensando que se cree "cuerdo" que se nos ha ido la bola, que difícil se nos hace explicar tantas vivencias para entender que nuestro amor es por un
amigo que nunca nos abandono en tiempos difíciles, simplemente decirle que el olvido es imposible y el dolor es constante, nos deja el recuerdo de aquellos maravilloso años que trasteamos como dos locos enamorados, en el corazón siempre estará con nosotros, ese espacio no hay motor en V, intercoler turbo, ocho cilindro, ni dirección asistida que ocupe tu lugar, no se que nos diste para no dejarte de quererte, en estos momentos la tecnología sin limites avanza que nos diseñan vehículos inteligentes con conductores virtuales dejando lo humano en la clandestinidad, solo nos queda decir que fácil es querer cuando te quieren, es lo que hay........ tasio......
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