PEDRO ES EL UNICO QUE LE CUESTIONA el lavado de pies. "No me lavarás los pies jamás", le espeta, ya que el apóstol lo considera una humillación de su Señor hacia él. "Si no te lavo no tienes parte conmigo", le responde Jesuscristo, según los Evangelios. A lo que Pedro replicó: "Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza".
El lavatorio de pies, una acción de humildad de Jesús hacia sus discípulos.