Beyoncé es una amante empedernida de la comida basura, especialmente de la pizza, a la que no renuncia ni cuando está a dieta. Siguiendo el consejo de muchos nutricionistas, la cantante se toma un día libre a la semana, en el que puede comer lo que quiera. En su caso elige los domingos y su plato favorito para pecar, la pizza.