Otro de los fascinantes capítulos atribuidos a San Isidro y también tiene como protagonista al agua. Un día que el santo estaba cumpliendo con sus labores del campo recibió la visita de su señor, Iván de Vargas, quien le pidió un poco de agua para beber ya que era un día muy caluroso. El santo se dio cuenta entonces de que se le había terminado así que cogió su cayado y golpeó el suelo diciendo: “Cuando Dios quería, aquí agua había”. En aquel mismo instante comenzó...