RELATOS AL ATARDECER-CCXXII.
UN PADRE Y SUS DOS HIJAS. Erase una vez un padre que tenía dos hijas de las que se sentía muy orgulloso. A una la había casado con un hortelano y a la otra, con un fabricante de ladrillos. Hacía tiempo que no iba a visitarlas, por lo que un día decidió dedicarles una jornada entera. Cuando llegó a casa de la que había formado una familia con el agricultor, le preguntó qué tal iban las cosas. Y ella le respondió: Todo va de fábula, pero si tengo un deseo es que llueva... Cuanta paz en estos lares ante las tranquilas aguas del Salor sin faltar el canto de los grillos y los pájaros, nosotros solo vamos un rato y es que hoy vamos con prisa a todos los sitios.
Nuestros abuelos al final de verano iban unos días con los carruajes a estos charcos del Salor a lavar mantas, aparejos..... porque del uso del invierno y verano necesitaban buen lavado y algún cosido del desgaste por las duras faenas del campo.
Cerca de este lugar y en un arroyo está la fuente de"La Gebosa"...