Ésta si que fue una romería a toda regla, difícil de repetir. Además, fue el romero el motivo único, que después se tuvo que coger y cargar. Pero no fue algo horroroso, sino todo lo contrario: Haber cumplido con la penitencial promesa. SALUDOS. Decían las crónicas: “El monumento se hace en este pueblo muy “sui generis”, especial, que DIFICILMENTE se hará en las demás poblaciones otro semejante, de ahí es la multitud de cosas que se suministran para su confección: privar al pueblo de él, sería la mayor de las anomalías y hasta irreligioso si se quiere… “Eso lo dijo - no nosotros, que también - nuestro párroco D. Agustín Frenedoso Sierra en 1850, que tenía estudios de Derecho. He ahí que lo vemos – las cosas no ocurre porque sí – como albacea... Pues si, es indispensabe hoy que hablemos del "Lunes del Romero ". SALUDOS.