ES UNA DE ESAS CREENCIAS HEREDADAS QUE NI SIQUIERA NOS CUESTIONAMOS. Algodón, agua oxigenada y a soplar. Y cuanto más echamos, más tranquilos nos quedamos. De hecho, solemos respirar aliviados cuando escuece y hace burbujas porque “se está curando”. Si encima a esa reacción burbujeante le sucede una espuma blanca pensamos que el trabajo está hecho.