(6)… Eso sí… los monaguillos de entonces estaban preparadísimos… y no es “ matraca”. Todos se sabían este librito editado en 1945 y que ya es una reliquia: sabían ayudar a la perfección a vestir al párroco, que lo primero que había que darle era el “amito” y el último el “manípulo”. Otra casualidad…. Ambos han desaparecido en la vestimenta sacerdotal. SALUDOS.