Que sean tinajas de aceite, no es descubrir nada; pero que después de muchísimo años de servicio en un comercio – aunque fuera también en el tiempo que existiera en la misma calle la droguería del tío Claudio Durán- en la Calle Nueva… como no podía ser de otra manera; pasaran a formar parte del paisaje de una casa de campo cerca de la capital. Ello, ya es decir algo. SALUDOS.