«NO ME LLAMAN POR MI NOMBRE EN LA CLINICA. Era el ‘número 1’»
«Viví sola todo el procedimiento. Nadie me llamaban por mi nombre, era ‘el número 1’. Me indujeron el parto, me pusieron anestesia general y me llevaron al quirófano. Entré allí embarazada de 22 semanas y salí con la barriga y las manos vacías. Como si nunca hubiera existido el embarazo, como si mi hija no hubiera existido. Nadie me ofreció verla, y yo estaba superada que tampoco lo pedí entonces».