RELATOS AL ATARDECER-CCCXXXIII
LA LUZ TENTADORA. Un abejorro iba zumbando en la oscuridad cuando descubrió a lo lejos una pequeña luz, hacia la que se dirigió ensimismado. No contento con admirar esa hermosa llama, quiso acercarse a ella, como hacía con las flores olorosas, con tan mala suerte que, al hacerlo, perdió una pata y una de sus alas quedó chamuscada.
Aturdido, no pudo entender que de una cosa tan bonita como aquella llama le pudiese venir algún mal. Por lo tanto, después de haber recuperado... Ahora que no hay ratones vemos muchos gatos y con buen aspecto y es que cuando no se trabaja se tiene buen pelo, buena tripa y alegría.