(5) … ¡Qué casualidad! En aquellos mismos momentos pasaban los muchachos tocando las matracas… La madre volvió a insistir viendo que su tardaba, exclamando a ver a su hija con una rebeca magistralmente bordada en aquellas tardes sentada a la puerta con las vecinas: “Quítate eso que estamos en Semana Santa… a ver si ahora vamos a confundir la S. Santa con el Carnaval “. Una vez en la iglesia, apenas se oía al párroco que predicaba desde el púlpito, porque grupos de muchachos competían en la calle... (1). ¡Vamos a ver… todas las tarde la “Organización, nos sugiere algo… como si no hubiese más gente! Bueno, vale...
Ya quedaron atrás estos instrumentos ensordecedores como eran “las matracas” de Semana Santa que aparecía en el “Miércoles de Tinieblas” porque las campanas se habían perdido, se decía. Las miradas atónitas de los más pequeños muchachos, no se dejaba esperar mirando al campanario; no dando CONTINUARÁ. Saludos. Muy bien; pero ya apenas quedan gente que se acuerden, de como eran las muestras de la iglesia... y de tocarlas..., ¡no digamos! Cómo para acordarse desqulos dos mulos sueltos yañguna gallina que otra, que se comieron el arco con retamas, tomillos y romero, que se puso a la entrada de la Plaza a la altura del " Portal de la tía Fermina" por la visita que nos hacía nuestro obispo D. Manuel SALUDOS. Dar la matraca. Puede ser que en otros tiempos al que le gustara o tuviera la vocación "dar la matraca" no le hicieran caso y de aburrimiento dejara "dar la matraca".
Hoy "dar la matraca" funciona bien porque para hacerles callar le dan lo que pidan aunque eso lleve perjuicios para otros pero esto no termina aquí, quien da la matraca no para una y otra vez.
¡Jesús, Jesús........................ Extremadura aprende a DAR LA MATRACA!. Hasta mañana. Nos ha costado encontrar las MATRACAS... son de hace 7 años; pero queriendo se encuentran las cosas. SALUDOS.