Este era uno de nuestros
juegos sedentarios favoritos en los años 50: recortar, calcar y colorear las de las
amigas, diseñar vestidos, vestir a las muñecas...
Además de diversión, se desarrollaba la habilidad manual, la imaginación... y se potenciaban valores como: compañerismo, sobriedad...
¡Cómo nos gustaban...! Lloviese o helase, nunca estábamos ABURRÍIIIIAH.