… “ del cadáver depositado en la capilla del cementerio… “La cuestión es que una parte del pueblo se movilizó buscando al curandero por todos los caminos y no lo encontraron. Y la otra cuestión… Ahora que sabemos más, tenemos más medio… no nos preocupamos igual que nuestros antepasados de escribir crónicas del pueblo sin esperar nada a cambio. Así que las generaciones que nos precedan, no sabrán nada de nosotros. Ya sabemos que todos estaremos muertos igual que el pobre Juan Manuel Alfonso… ¿pero... … para detenerlo y entregarlo al Juzgado por lo que pudiera haber de cierto…” Pero aquí no quedó la cosa… ni mucho menos: “ Se remitieron los efectos por el mismo para atender a la AUTOPSIA del cadáver depositado….CONTINUARÁ. Saludo. …” Se puso en conocimiento la noticia recibida por D. Castor Valhondo (que era el médico de nuestro pueblo, de haber oído del fallecimiento de Juan Manuel Alfonso, ocurrido en la mañana de hoy, ocurrida por una INTOXICACIÓN por medio de un medicamento suministrado por un CURANDERO FORASTERO, que fue infructuosa a su bien a que s procedió inmediatamente… CONTINUARÁ. Saludos. Todo podía ocurrir… ¿por qué no? Ahora que estamos con el “coranovirus”, se nos podía ofrecer cualquier “mejunje” milagroso… No sería la primera vez; sino escuchemos con atención lo que nos decía las crónicas corre4spondiente al 3 de julio de 1876: … CONTINUARÁ. Saludos. Por si no nos lo creíamos... nos van dirigiendo. SALUDOS.