¡No mujer... no hay que darse con la "cebolleta" en las "almorranas!; sino ponerla debajo del colchón. Habrá que contar con el cónyuge... por lo del olor. La gente nos hemos vuelta muy "señorita". Antes se deseaba oler a chorizo... ahora: ¡qué mal huele... huele a chorizo! No hay dios que nos entienda. SALUDOS.