Hubo una vez.... que se avivó el sentimiento de culpabilidad para el que no quería participar. Pero eso se fue sorteando como hacia el labrador con su parva. Un buen día se levantó temprano de la era, cuando las alondras y cogutas (léase cocinadas) empiezan a piar como anunciando que un nuevo día va amanecer y el Sol volverá a acompañar. Pero resulta que... Lo demás lo saben ustedes. SALUDOS.