Así que vosotros que habéis tenido la paciencia de leer esta simple historia sobre el amor de Dios, gracias de corazón.
Y a ti, Tommy, en los brillantes y verdes cerros del Cielo, debes saber que lo he dicho lo mejor que pude...
Si esta historia ha significado algo para tí, pásasela por favor a uno o dos amigos. Es una historia real que no ha sido creada para propósitos publicitarios.
Rev. John Powell
Profesor de Loyola University, Chicago Antes de que muriera, hablamos una última vez.
"No voy a poder llegar a su clase", me dijo.."Lo sé, Tom."" ¿Les dirá usted por mí? ¿Le dirá... al mundo entero por mí?“
"Sí, Tom, les diré. Haré todo lo mejor que pueda.." “Me he atrevido con usted, pero no sé si me atreveré con su clase.""Piénsalo, Tom, y si te sientes listo, llámame."
Tom me llamó a los pocos días y me dijo que estaba preparado para la clase. Que quería hacer eso por Dios y por mí. Así que fijamos la fecha, pero Tom no pudo llegar... Tenía una cita mucho más importante que la mía y mi clase.
Por supuesto que su vida no terminó con la muerte. Sólo cambió. Dio el gran salto de la fe a la visión. Encontró una vida más hermosa que todo lo que haya... Sabes, el apóstol Juan dijo: 'Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.'
Tom, ¿podría pedirte un favor?, pregunté: Fíjate, cuando te tenía en mi clase eras una verdadera molestia, pero (riendo) ahora puedes compensarme por todo... ¿Vendrías a mi curso de Teología de la Fe y les contarías lo que acabas de contarme? Si yo se lo dijera, no tendría el mismo impacto que puede tener al contárselo tú." "Tom", le dije casi sin aliento, "yo creo que estás diciendo algo muy importante y más universal de lo que tú te puedas imaginar. Por lo menos para mí, lo que estás diciendo es que la forma más segura de encontrar a Dios: es la de no hacerlo una posesión particular, un solucionador de problemas, un consuelo instantáneo en tiempos de necesidad, sino abrirse al amor.