no ha de cantar, sin que te cause risa,
a la grulla y al pato la poetisa?
Lo mismo da las aves que los hombres
lo mismo el campo da que las ciudades,
pues componen entrambas vecindades,
los mismos seres con distintos nombres;
grullas hay en el mundo con nombres,
patos bajo soberbias potestades,
y en ciudades lo mismo que entre encinas
sobre grullas y patos golondrinas.... Cada piedra, cada ave, cada planta,
una vida, una historia, un mundo encierra
y muchos en el mundo, bien lo sabes,
valen menos que piedras, plantas, aves.
Pues no siempre he de hallar por mi camino
golondrinas, que pocas han quedado,
mejor canto a las grullas, que al malvado.
A los patos mejor que al libertino: ¿Qué más da pues que yo cante los hechos
con mi endeble laúd, mi voz de niña
de las aves que pueblan la campiña
y las aves que habitan bajo techos?
Con iguales instintos y derechos
todas viven del daño y la rapiña;
soldados-grullas talan los sembrados
y las ciudades ¡ay! grullas-soldados.
Galanes patos de la fuente empañan
consagrada a los suyos, sobre el heno,... consagrada a los suyos, sobre el heno,
ni daña al labrador ni anda entre cieno?
¿Hay en mi tierra hermosos olivares
formados como tropas, en hileras?
Pues a dañar su flor a sus praderas
vienen bandos de grullas a millares.
¿Hay arroyos que van entre juncares
retratando el verdor de estas laderas?
Pues acuden los patos a bandadas,
« ¿Aves estas no son civilizadas?»... El pato en enturbiar las claras fuentes
de este valle purísimo obcecado
revuelve con el fondo encenagado
los graciosos espejos trasparentes;
¡lástima que desdeñe las corrientes
de un brillo tan hermoso y azulado,
donde lucir pudiera entre la espuma,
por hundir en el fango el alba pluma!