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Ya empiezan a picar los pajarillos, MEMBRIO

(21 de Mayo de 2012)
Y cuando las gentes, ¡las pobres gentes!, se van a misa los domingos, cerrando las puertas, ellos, en un alegre ejemplo de amor sin rito, se vienen de pronto, con su algarabía fresca y jovial, al jardín de las casas cerradas, en las que algún poeta, que ya conocen bien, y algún burrillo tierno — ¿te juntas conmigo?— los contemplan, fraternales.

(LXIII) De: Platero y yo
Viajan sin dinero y sin maletas; mudan de casa cuando se les antoja; presumen un arroyo, presienten una fronda, y sólo tienen que abrir sus alas para conseguir la felicidad; no saben de lunes ni de sábado; se bañan en todas partes, a cada momento; aman el amor sin nombre, la amada universal.
¡Benditos pájaros, sin fiesta fija! Con la libre monotonía de lo nativo, de lo verdadero, nada, a no ser una dicha vaga, les dicen a ellos las campanas. Contentos, sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan a los pobres hombres esclavos, sin más moral que la suya ni más Dios que lo azul, son mis hermanos, mis dulces hermanos.
Gorriones

La mañana de Santiago está nublada de blanco y gris, como guardada en algodón. Todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín los gorriones, Platero y yo.

¡Los gorriones! Bajo las redondas nubes, que, a veces, llueven unas gotas finas, ¡cómo entran y salen en la enredadera, cómo chillan, cómo se cogen de los picos! Este cae sobre una rama, se va y la deja temblando; el otro se bebe un poquito de cielo en un charquillo del brocal del pozo; aquél ha saltado al tejadillo del...
ADP este pajarito, siempre ha sido muy arisco, tendrán el gen del recuerdo de cuando éramos muchachos y entonces no había maquinitas ni cacharros.
Entonces con los tiradores y el subir las pareles, que no se nos resistía ninguna y sobre todo las que sobresalían los adobes, unas de esas paredes estaba cerca de mi casa justo cuando empieza la calleja.
Saludos