A la sombra de un pequeño castaño, MEMBRIO

(29 de Mayo de 2012)
¡Cuántos versos, ¡oh, cuántos!, Pensé que nunca he es-crito,
llenos de ansias celestes y de amor infinito,
que carecen de nombre, que ninguno leerá;
pero que, como el árbol, la espiga, el sol, la rosa,
cumplieron ya, prestando su expresión armoniosa
a la INEFABLE ESENCIA, que es, ha sido y será!
Nadie mira la rosa que nació en el desierto;
mas ella, ufana, erguida, muestra el cáliz abierto,
cual si mandara un ósculo perenne a la extensión.
Nadie sembró la espiga del borde del camino,
ni nadie la recoge; mas ella, con divino
silencio, dará granos al hambriento gorrión.
El castaño no sabe que se llama castaño;
mas al aproximarse la madurez del año,
nos da su noble fruto de perfume otoñal;
y Canopo no sabe que Canopo se llama;
pero su orbe coloso nos envía su llama,
y es de los universos el eje sideral.
Poema - Amado Nervo

" El castaño no sabe... "